28 de junio de 2011

Mi romance con el pollo al jengibre

Mi romance con el pollo al jengibre (y fue amor a primera vista) comenzó el año pasado en Bali ... en un lugarcito llamado Ubud y al que espero volver algún día.
El verde de los campos era más o menos así:

Quizás les suene el nombre a los que leyeron el libro "Comer, rezar y amar" ya que en Ubud también estuvo la protagonista y escritora de dicha obra: Elizabeth Gilbert.

De hecho, fue leyendo ese libro en el 2008 como supe algo de esa lejana isla llamada Bali y ni me imaginé que dos años después andaría por allí.
Los balineses son increíbles. Todo tiene una delicadeza natural exquisita. Y las mujeres llevan sus cestos con tanta elegancia que da envidia.

Recién empezábamos nuestro largo viaje nómade - luna de miel con el Churu cuando conocimos a Zugi y Chiquito (dos balineses que conocimos a través de otro amigo). Gracias a ellos probamos algunas delicias de la gastronomía indonesa que realmente es exquisita (y al menos por aquí tiene menos prensa que la comida tailandesa... que también es un manjar).

Como nuestro viaje era de bajo presupuesto con nuestros amigos locales íbamos a los warung (sencillos restaurantes de comida local) donde se comía muy bien y barato.
Solíamos ir a dos pero hubo uno donde pedí este pollito que me enloqueció.

Como verán la receta es muy sencilla. Arroz (infaltable!), pedacitos de pollo, chauchas, unas zanahorias y algunas castañas de cajú. Listo!
El secreto del plato estaba en el pollo ... que estaba rebozado (pienso yo) en algún tipo de harina donde habían puesto el jengibre. Y eso lo habían freído. Exquisito!


Ese mismo plato aún no lo he hecho en casa. Pero como soy una fanática del jengibre y su picor alimonado que no se parece a nada (en otra entrada les contaré todas las cosas que fui probando con esta raíz maravillosa) hice otra receta que lleva pollo y jengibre: brochetas de pollo al jengibre. La receta la saqué de un librito lindo que compré de recetas tailandesas.

Ingredientes (para dos personas):

1 pechuga de pollo sin hueso ni piel cortada en dados chicos
jugo de 1 lima (yo usé limón porque no tenía lima)
1 pedacito de jengibre picado
1 guindilla fresca (yo usé seca) sin las semillitas que es lo que la hace muuuuy picante
1 cucharada de aceite vegetal o de maní (si tienen)
1 cebolla chica en rodajas grandes
1 diente de ajo
Unas ramitas de brócoli cocidas unos minutos al vapor (queda mejor que hervido). Tienen que quedar crujientes.
Unas ramitas de coliflor cocidas unos minutos al vapor. Tienen que quedar crujientes.
Medio morrón rojo (si hay verde todo bien .. el rojo es para que el plato se vea más colorido)
1 cucharada de salsa de ostra *
1 cucharada de salsa de pescado *
un poco de agua
1 cucharadita de azúcar
Acompañamiento: arroz blanco (preparado como más les guste o mejor les salga).

* Es probable que no tengan estos ingredientes si es que no hacen mucha comida tailandesa. En ese caso la pueden reemplazar por salsa de soja ... no es lo mismo pero sirve.

Nota: Yo lo hice con esas verduras porque eran las que tenía en la heladera. Pero todo es reemplazable.

Preparación:

1) Unas horas antes de cocinar corten el pollo en cubos chicos (más pequeños que el tamaño que suelen hacer para una clásica brochette a la parrilla). Imaginen que este plato "debería" comerse con palillos ... entonces si los cubos son más chicos más fácil comerlos.

2) Pongan los cubos en un tupper o algo que quede bien tapado con el jugo de la lima/limón + el jengibre cortadito + la guindilla también cortada (si no toleran el picante no la pongan pero está bueno ir poniendo de a poquito porque le da un toque bien diferente). Déjenlo en la heladera unas horas (al menos dos).

Dejen en agua los pinchos (sobre todo si son de madera) un rato ... así los pedazos de pollo saldrán fácilmente al servirse en el plato (este dato lo supe por el libro de Narda Lepes).

Cuando llegue el momento de cocinar armen los pinchos sólo con pollo. Aquí no van las verduras.
Si lo pueden hacer a la parrilla genial .. sino al horno. Se cocinan rápido porque son pedazos chicos. Una vez listos reserven para que estén calientes.


3) Las verduras que acompañan se cocinan super rápido en un wok (si aún no tienen wok vayan pensando en uno ... una vez que le tomás el gustito lo vas a usar siempre) y con fuego alto.

4) Pongan el aceite hasta que caliente. Echen el ajo picado. Antes que se ponga marrón echen el morrón y minutos después la cebolla. Revuelvan y muevan el wok con energía para que no se queme nada.

5) Echen la cucharada de salsa de ostra + la de salsa de pescado (sino salsa de soja) + una cucharada de agua y el azúcar (el azúcar no lo usen si ponen salsa de soja).
Revuelvan bien para que se vaya evaporando un poco el jugo y echen los brócolis y los coliflores.
Todas las verduras tienen que quedar crujientes (casi crudas). Y listo!

Sirvan cada cosa en su lugar y así les queda un lindo plato!


Y si alguien hace el plato cuente qué tal le quedó!

26 de junio de 2011

Raros bocados nuevos - Bolivia

Hoy pensaba cúantas comidas "raras" había probado en mi vida. Digo raras para mi paladar occidental, sudamericano y argentino.

Una comida es rara para uno por varias razones: porque donde uno vive el ingrediente no se consigue (igual con tanta globalización casi casi se consigue todo en las ciudades grandes), porque culturalmente no está aceptada o porque no existe la costumbre.

Y una de las mejores maneras de conocer esos raros bocados es viajando o, si nos quedamos en nuestro país, ir a algún restaurante que los prepare o tener amigos extranjeros que te los hagan probar.

Eso sí ... así como viajar abre la cabeza también hay que abrir el estómago y animarse a degustar cosas nuevas. Lo cual no siempre es fácil, agradable o uno se anima a hacer.

La primera vez que viajé sola sola sola ... sin tour, sin amigos, sola con mi ser tenía 22 años y fui a al NOA, Bolivia, Perú y Chile.

Foto: Parecía un varón! Pelo corto en el lago Titicaca y los pantalones que se me caían!

Iba con la mochila por un mes. En Argentina todo bien ... todo conocido pero cuando crucé a Bolivia el choque fue muy fuerte. Todo me parecía muy distinto y más humilde a lo que conocía, con menos higiene, etcétera. Sin embargo, y sin dudas, ese viaje fue mi bautismo. Mis viejos estaban aterrados pero yo fui igual.

Debo reconocer que no estaba muy relajada porque como era la primera vez andaba con miedo de primeriza pero ese viaje fue genial. Me abrió puertas y cabeza totalmente. Pero el estómago ... quedó atrás je je .. me daba impresión que se comiera tanto en la calle. Claro ... en Argentina y gracias que comés un pancho o un choripan en un puesto ... y listo. Acá la gente desayunaba,almorzaba y cenaba en la calle.
A mí me daba pavor!!!!!!!!!!!! (se nota que no sabía que en muchísimos lugares del mundo se come en la calle!). También es cierto que ya había padecido la clásica "diarrea viajera" que me había dejado medio enclenque.

Así es que me la pasé a galletitas de agua! porque era lo único envasado que no fueran golosinas ni snacks que sentía "seguro" comer ... Qué estúpida! Y sí ... volví con varios kilos menos y me perdí de probar muchas cosas ricas! De todas formas los kilos los fui recuperando gracias a mi familia que se encargaba de pedir helado cada dos por tres.

Allí también descubrí el picante!!! otro motivo que hacía que no pudiera comer porque no estaba acostumbrada! Y el picante de pollo o el picante de carne.

Después creí encontrar mi salvación cuando vi que "en Bolivia también comían empanadas"!!!

Qué alegría pensé! Ahora viviré a empanadas y listo... Bueno ellos no las llaman así sino "salteñas" y además que las comen como un aperitivo de media mañana o como desayuno.

Foto: http://arnaldhugo.blogspot.com/2010/05/empanadas-saltenas-bolivianas-hernando.html

La masa es más bien dulzona y sólo hay de carne y de pollo (y picantonas para nuestro gusto). Yo feliz (e ilusa) quería cenar eso y me encontré con que todo el mundo me decía "no señorita ... las salteñas sólo se venden hasta el mediodía". En fin ... cosas que pasan.

24 de junio de 2011

Bomba torta brownie

Golosa fui toda la vida. Toda la familia Lafont lo es ... así es que no podía escapar a mi dulce destino. Esta entrada y esta receta están dedicadas a los golosos lafonianos (y a los golosos en general).

Gran parte de mi familia es de Bahía Blanca y cuando vivía mi abuela (que llegó a los 102!) solía ir todos los años un par de fines de semana a verla. Siempre se armaba gran reunión familiar y siempre había cosas ricas para comer. Mi prima Marcela (la que tiene al perro en la foto) hace unas ricas tortas, entre ellas ésta de brownie, de la cual me enamoré cuando era adolescente. Como siempre, la idea me quedó en la cabeza pero no la hice inmediatamente.

Al tiempo probé unos brownies en un cumpleaños y tanto me gustaron que pedí la receta a la cocinera. Y lo anoté en un papel que aún conservo y que sigo arrugando cada vez que hago esta torta.

La verdad que pensaba que hacer brownies era complicado pero encontré que era muy fácil! Tanto que no tiene sentido comprar el de cajita!

Ahí van los ingredientes para un molde de tarta de 26 cm de diámetro (sino una pizzera pero queda un poco más chatita):


4 huevos
150 gramos de chocolate amargo (el clásico Aguila anda muy bien)
125 gramos de manteca (no amarreteen y usen manteca, no margarina)
75 gramos de harina leudante (a mí personalmente me gusta la leudante y no la común. Las tortas quedan más suaves y esponjosas).
300 gramos de azúcar

Qué hacer con todo esto?
0) Prendan el horno para que se vaya calentando. Y enmantequen y enharinen el molde.

1) En una cacerolita o tachito amigo se ponen a baño marí
a las tabletas de chocolate junto a la manteca hasta que se derritan bien y queden bien mezcladas.

2) Mientras tanto en un bol batimos (si es con batidora mejor) los huevos con el azúcar hasta lograr un punto espumoso casi de color blanco.

3) A esa preparación se le echa el chocolate y la manteca derretidos y se sigue batiendo hasta que que se una bien.

4) Por último se agrega harina y se sigue batiendo hasta que no haya grumos y se echa en el molde.

5) Al horno con fuego fuerte ... la cocción es muy rápida, unos 15 minutos. Si no se animan bajen un poquito el fuego y tardará 10 minutos más.
El brownie está listo cuando arriba se ha formado esa costrita típica y tan rica! Pero para saber que el resto no está crudo pinchen con un escarbadiente. Si el palito sale sin masa ya está lista!

Armado de la torta (cuando la torta se enfrió obviamente)
1) Un poco de dulce de leche de repostería (si es el común chorrea todo) y lo esparcen sobre el brownie. La cantidad depende de cuánto le guste lo empalagoso.

2) Tomen un pote chico de crema y bátanla hasta punto Chantilly con un toquecito de azúcar (impalpable mejor sino de la común) y un toque de vainillina si tienen. Para batirla yo siempre pongo el bol donde estoy batiendo dentro de otro con cubitos de hielo. Una vez lista la crema la echan arriba del dulce de leche y la esparcen bien. Yo odio la crema ... jajaja y sí ... pero bueno .. reconozco que la combinación va bien. Sino, y se quieren matar con un coma diabético ... en vez de crema hagan merengue italiano. ;)

3) Luego meten la torta en la heladera unas horas antes de servir y listo!


Cómo servir algo con onda no siendo muy prolijo
Que es lo que me pasa a mí. De repostera decoradora no tengo mucho pero me gusta que las cosas se vean bien así que ... busco maneras sencillas de mostrar las cosas de linda manera.

Elijan lindos platos (si los tienen)
Corten una porción triángulo tipo pizza y sobre ésta rallen un poco de chocolate para que la torta quede "nevada". Con eso ya estaría.

Pero viviendo en el sur y teniendo frambuesas ... son un golazo!!! Y la combinación de colores y sabores es genial. Y el toque de la menta fresca es mejor aún. Si las tienen a mano úsenlas.



23 de junio de 2011

Guisito de cordero irlandés

Me encantan los guisos. No sólo porque son ricos sino porque uno mete todo en la olla, pone fuego bajo y se va haciendo solo. No hay que estarle encima. Eso sí, hay que quedarse en casa un par de horas y cada tanto ver que no se pegue al fondo de la olla.

Este guisito irlandés es especial para mí por varios motivos. En primer lugar, porque durante muchos años soñé con ir a la siempre verde (y lluviosa) Irlanda. Todo me atraía, su gente, el color de los campos, la historia, los acantilados, los celtas, el baile y la música!
Como buena amante de la papa también me gustaba por ese lado ... ya que con tantas hambrunas que pasó este pueblo este versátil tubérculo los salvó más de una vez.

Y mientras no podía conocer el país tuve mis años de rondar la zona de los pubs irlandeses en la calle Reconquista en Buenos Aires. Mi preferido era Druid In. Chiquitito y con lindo ambiente. Soñaba que estaba en Irlanda al menos unas horas.
En época del 1 a 1 la Guiness era de lo más accesible y ahí descubrí que la cerveza se podía comer con pochoclo salado en vez de maní! Gran descubrimiento adictivo!
Y allí, en Druid In, después de ver Lord of the Dance en el Luna Park completé una noche irlandesa probando un guiso de cordero que venía en una cazuela tapada con una masa como de tarta. Me encantó! Y me quemé la lengua como nunca también!
Y ese guiso siempre quedó en mi cabeza.

Recién pude ir a Irlanda (por un día nomás) en el 2006 y me di el gusto de ver ese verde increíble y esos acantilados con mar enfurecido!

Y varios años después hice mi primer guiso para recibir a mi suegro de visita. Y el guiso dio que hablar je je. Busqué en internet recetas y encontré una que me pareció adecuada y que comparto con ustedes. Le hice algunos cambios según mi gusto y así quedó. Para mí este guiso tiene que llevar pocos ingredientes y muy básicos como la papa y la cebolla. Nada más.

Las cantidades son para 4 personas

Ingredientes

Carne de cordero 1 kg. Yo usé capón que queda muy bien y es más barato. Lo corté en cubos y no usé el hueso en el guiso (bueno ... hice un caldo y después se lo dí a los perros).

2 Cebollas y 2 Puerros cortados en trozos medianos como en la foto.


Perejil picado. A mí me gusta ponerle abundante y usé varias ramitas.

Tomillo. 1 ramillete si consiguen fresco ... yo usé un ramillete seco que tenía colgado.

8 Papas medianas

3 Zanahorias

2 vasos de agua (luego fui agregando un poco más).

Pimienta y sal a gusto.

Importante: no le pongan ningún cubito mágico. No hace falta ... que los ingredientes larguen solitos sus sabores naturales.

Preparación

1) Se corta el cordero/ capón en dados grandes, se pica la cebolla, el perejil, y el tomillo. En una olla (en lo posible de barro) se pone a calentar el aceite, cuando está caliente se le añade el cordero y las cebollas y se va removiendo hasta que se dore.

2) A continuación se añade el agua. Yo no lo hice pero se pueden poner 2 tazas de cerveza negra.

3) Se sazona con pimienta, tomillo, perejil y sal. Se deja a fuego mediano aproximadamente 1 hora.

En esa hora la carne va largando todo su jugo y se arma un caldo que ni les cuento! Por eso les digo que no hace falta cubito de ninguna clase.

4) Pasado ese tiempo se le unen las zanahorias (cortadas en rodajas o en diagonal) y se deja a fuego bajo otros 20 a 25 minutos.

5) Al cabo de ese tiempo se le añaden las papas peladas y cortadas en dados grandes. Yo mezclé unos papines que tenía .. un toque norteño pero la verdad que queda mejor la papa común. Y si quieren háganla con piel dándole un toque lindo y rusticón.

Cuando estén hechas (20 minutos a media hora aproximadamente) se retira del fuego y se tapa con un paño de cocina unos minutos antes de servir o bien se hace una masa hojaldrada y se cubre la cazuelita para que se mantenga el calor.

Lo mejor es que luego de tanta cocción la cebolla y el puerro se desintegraron y le dieron un toque cremoso muy bueno al guiso.

Si quieren hacen la masa casera y sino compran la del supermercado. Cortan un círculo del tamaño de la cazuela y lo estirar un poco con el palo de amasar.
Yo tengo cazuelas de barro. Les puse la masa y al horno!

Abrete Sésamo!
La misma masa sirve para mojar en el guiso y es riquísima! Ni pan hace falta!


Aprovechen el invierno!
Coman guisos que son ricos, variados y nada caros!


22 de junio de 2011

Bienvenidos y Buen Provecho!



Bienvenidos a este nuevo blog!

Hace un tiempo que quería hacer algo nuevo. Pensé, pensé y pensé qué podía ser y se me ocurrió hacer un blog que combine cosas que me gustan mucho: viajar (que creo que ya se dieron cuenta que me gusta), cocinar y comer.

Por lo tanto este blog será una mixtura de todo eso. Vamos a ver qué sale.


Bienvenidos y Buen Provecho!

Marian!